domingo, 25 de abril de 2010

¡Volando voy, volando vengo!

Magma. Acumulación. Presión. Estallido... Un montón de piedras, agua y cenizas (¿a qué cacho de guijarros le llamarán cenizas?) por el aire y todo se ha ido a tomar el viento, nunca mejor dicho. O sea, Europa entera se ha paralizado porque a un puñetero volcán de una puñetera isla le ha dado por saludar un poquito y decir ¡hola, que estoy aquí! Uno de los miles que hay en el mundo. No quiero ni pensar lo que pasará el día que se junten dos amiguetes de piedra con ganas de juerga y decidan comunicarse a base de erupciones. Ese día apaga y vámonos con Al Gore a celebrar que el calentamiento global (y sí, la importantísima y trascendente vida humana) se ha acabado. O sea, el calentamiento, el enfriamiento y la tibieza. Y nos vendrá de perlas recordar que este planeta, cada "n" millones de años, envía a todos sus habitantes a la tumba para que las generaciones futuras puedan tener petróleo barato. Así que, partiendo de esa premisa, vivo tranquilo sabiendo que una ligerísima variación térmica en el sol puede suponer que acabemos todos como las langostas inglesas de Lloret o las alemanas de Mallorca. O sea, quemados hasta el tuétano.

Y si. De un plumazo se han pospuesto las reuniones fundamentales para definir ese peazo de fusión, esa cacho de comida en París para evaluar la posibilidad de crear un subcomité del comité que evalúe las oportunidades de las derivadas de las pre-conclusiones del informe plurianual de la reflexión de la incorporación de Turquía al arco mediterráneo inferior y suma y sigue. Y miles de paletos vestidos de Armani han colapsado las salas VIP de los aeropuertos gritando a sus secretarias - ¡por el amor de Dios, Conchi, consíguemelo! ¡Hazlo, que para eso te pago! ¡Sácame de aquí! ¡Arráncalo, Carlos, arráncalo! Y la Conchi – y muchas otras – habrán pensado que sí, que ahora a las seis se va a ver Gran Hermano Bis El Retorno Glam de las Mentes Maravillosas y que a su jefe le vayan dando mucha morcilla allí donde esté. Y que se joda en ese hotel de cinco estrellas con el salmón fumé y la madre que le parió. Ya lo sé. Ya sé que a mucha gente normal y corriente – gente pata negra – el volcán también se le ha llevado por delante trabajo, ilusiones, vacaciones y reencuentros. O sea, cosas muy serias. Pero la vida es así. Uno planea al milímetro, traza una línea recta como la del pantalón del traje de Mario Conde y llega la vida y pega un hachazo que envía el plan y todo lo que habíamos soñado al garete.

Vivimos en un mundo esclavo de la ciencia. Y todos, como si fuéramos tontos del culo, asentimos y decimos que sí, claro, que si el Comité Central de Listos de las Cenizas Aéreas lo dice, será por algo. Y lo mismo con la famosísima gripe A. Nos contaron una bola fastuosa – yo me la tragué hasta el fondo -, la Trini se gasto un huevo de pato en vacunas – a pesar de que había ya datos contrastados de su levedad en América Latina -, y ahí están, 11 millones de dosis en el despacho de Trinidad Jiménez esperando que alguien mire para otro lado y pueda tirarlas al contenedor de "metedura de patas", que es el de color rojo con la rosa y el puño. Al ladito del marrón de basura orgánica. Por si la ministra decide hacer un dos por uno y reciclarse ella en Bibiana Aído.

Hemos montado un tinglado en el que lo que mola es vivir aterrorizados. Por una razón muy simple: la gente con miedo es fácilmente manipulable. Y cuando no es el volcán y las peligrosísimas cenizas, es la gripe A y su similitud con la del 18, o no fume (yo durante años fumé en los aviones, con gravísimo peligro para el vuelo, según me cuentan ahora – tócate las narices, pelusín!), no beba, no se mueva mucho, sea mediterráneo, abandone el txoko, protéjase de todo y así vivirá fatal, pero un montón de años. ¡Hasta los viejos ya no se mueren de viejos, si no de enfermedades normales y corrientes! Y uno escucha aterrorizado: murió de un infarto y como tenía 102 años, no lo superó. ¡que no, coño, que se murió de viejo!

Creo que vivimos engañados. Y lo peor, esclavos de cosas que no entendemos. Nos fiamos de una peña que ha decidido, cada pocos meses, contarnos una milonga global. Y nosotros, en vez de decir que sí, que se vayan a la mierda, que aquí me quedo tomando el vermú (no bebas) con un puro (no fumes), bajo el sol de Menorca (tápate) con mi churri (protégete), corremos a pedir una coca cola zero, comer un caramelo sin azúcar (¡!) bajo una triste sombrilla y a hacernos análisis por si la parienta ha tenido un desliz.

Y claro, el hombre acojonado es menos hombre. En todos los sentidos, pero sobre todo en uno: es menos libre.

Lo dijo un santo: ¡ama y haz lo que quieras!

Pues eso.

2 comentarios:

  1. Muy buenas Carlos,
    sigo tu blog, me parece fantástico,enhorabuena, es directo, claro, sincero y con mucha razón en todas las palabras que escribes, muchos deberian leerlo, por mi parte te haré mi particular promoción, y si me lo permites, lo adjuntaré tambien en mi lista de blog favoritos,

    saludos de un gallego,que en su blog, habla de todo sin saber de nada...

    un abrazo!

    Jano

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  2. Jano, como siempre muchísimas gracias por el comentario. A ver si me escapo a Galicia un día de estos y nos tomamos un albariño como mandan los cánones. Y eso de que hablas de todo sin saber de nada... ¡no se lo cree nadie! Para muestra, pasar por http://www.blogdejano.blogspot.com/

    Un abrazo!!!

    Carlos.

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